El programa Jimmy Kimmel Live es uno de esos programas de humor tan al uso en las cadenas de televisión norteamericanas, lo que se conoce como un late night. El que más conocía servidor (y de oídas) era el programa del mediático Jay Leno, y el que sí que he visto en ocasiones es el divertidísimo "The daily show" de Jon Stewart (sí, sí, el presentador de gala de los Oscar de este año). Aquí el formato lo importó el señor Sardá con sus nauseabundas Crónicas Marcianas (ciertamente cualquier comparación es, como mínimo, odiosa del todo) y el amigo Buenafuente.
Obviamente el programa de Jimmy Kimmel se caracteriza por su sentido del humor, y una de sus bromas recurrentes durante los últimos tiempos había sido la que ustedes pueden ver a continuación.
Obviamente el programa de Jimmy Kimmel se caracteriza por su sentido del humor, y una de sus bromas recurrentes durante los últimos tiempos había sido la que ustedes pueden ver a continuación.
Pero no se vayan todavía, que esta historia no ha hecho más que empezar.
En el programa de Kimmel participa la humorista Sarah Silverman, que además es su actual pareja. Sarah es actriz y escritora volcada en la comedia, por lo que no es de extrañar que en su relación con el popular presentador realice confesiones como la siguiente.
Ahora bien, de lo que tampoco se debe de extrañar la agradable Sarah es de que su pareja supere la desolación con estilo propio y le dedique esta confesión rodeado de cantidad de buenos amigos, en especial de uno muy, muy, pero que muy bueno (y ni Kimmel ni yo nos referimos al físico).
Ya saben, sonrían y disfruten de la vida. Hay pocas cosas que sean tan divertidas y se puedan hacer sin reír, que dijo aquél.
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