jueves, 29 de noviembre de 2007

La incontinente masculinidad

Suelen decir que el género masculino se mueve por impulsos, que actúa en muchas ocasiones de manera egoísta y que, en definitiva, nos gusta mirarnos al ombligo y no ver más allá de nuestras narices. Si a todo esto le sumamos el carácter materialista (somos felices con un buen coche, un buen equipo de música, un buen home cinema, etc) que se predica de nosotros, todo parece apuntar que el hombre es poco más que un ser despreciable. Y es que, a tenor de la instantánea que adjunto, no entiendo estas afirmaciones sino como meras falacias infundadas.

¿A que somos encantadores?

Harpo

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