domingo, 2 de diciembre de 2007

Un momento perfecto

Este viernes, a eso de la hora de comer, me dirigía en mi contaminante vehículo rumbo al comienzo del fin de semana. La tarde prometía calidez y la luz del sol regalaba a los honrados agricultores de Hormigon Coast los preciosos tonos a los que nos tiene acostumbrados. Una bella morena de rasgos orientales se transformaba en grata pero fugaz compañía desde su posición de copiloto en un descapotable colindante, sostenía mi mirada con una agradable sonrisa que le daba una nueva dimensión a la espera ante un semáforo en rojo. Mi sensación del comienzo de una gran tarde aumentaba cimentándose sobre mi agasajado ego. La sonrisa campaba a sus anchas sobre mis labios cuando se vieron sorprendidos por una larga carcajada que afloraba desde lo más profundo de mi ser.


Desde su pedestal, en una aparcición propia de los Monty Python, me saludaba el lema del pavo que aquí abajo reproduzco.




Gracias Mariano por proporcionarme la culminación perfecta de un momento perfecto.

Groucho

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