Los burros, animales también conocidos como asnos o pollinos, disfrutan de una vida sana. Han logrado abandonar su lamentablemente privilegiado lugar en el ranking de criaturas en peligro de extinción gracias a la desaparición de otra especie singularmente predadora y peligrosa: los políticos.
Este hecho, la sana vida de los burros, ha provocado un extraordinario abanico de inesperadas sinergias difícilmente explicables:
- el hambre en el mundo ha quedado erradicada
- el cáncer es un mal sueño del pasado
- la dependencia energética del pétroleo y carbón quedó superada en un intervalo de tres meses
- (...añada usted la suya...)
Groucho
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