martes, 9 de octubre de 2007

Adiciones varias... (o mucho morro)

Yo no sé lo que le parecerá esta noticia a quien lea esto, pero a mí me da qué pensar. Es decir, mañana, como casi todo hijo de vecino, me levantaré a las 7 de la mañana, me tomaré mi cafetito y me iré a currar mis ocho (o más) horas como un campeón… o como un auténtico gilipollas.
Porque resulta que si a mí se me pasa ahora por la cabeza decir que soy adicto a… no sé… a Bisbal (que ya hay que tener entrañas…) o a Gran Hermano igual viene un equipo de psicólogos y me consigue un currito a media jornada y una paga de 400 euros para ir llevando con dignidad mi adicción.
Me explico: resulta que un tal Roger Tullgren, un sueco de 42 añetes, ha conseguido que el estado de su país le catalogue su adicción al heavy metal como una invalidez. Una adicción por la que un juez ha decretado que, al no poder desempeñar su trabajo sin someterse a intensivas sesiones de heavy que le impiden trabajar con normalidad (eso sí, el chavalín se puede tragar más de 300 conciertos en un año), el estado le busque un trabajo a media jornada y adecuado a su adicción, añadiéndole además una paga de 400 euros para compensar la parte del día que no trabaja.
Este genio del escaqueo afirmaba en un periódico de su país: "Firmé un documento que decía: 'Roger se siente impulsado a mostrar su estilo heavy metal. Esto dificulta su situación en el mercado laboral. Por lo tanto, necesita ayuda financiera adicional'. Así que ahora puedo ir a una entrevista de trabajo vestido como voy habitualmente y darle ese papel al entrevistador".
Al parecer, el pobrecito Roger llevaba ya diez años intentando que la justicia sueca reconociera su adicción al heavy como una dependencia que le mermaba psicológicamente… aunque yo lo de la merma psicológica no lo tengo claro, porque este tío es listo de narices. O sea, que ahora te plantas delante del juez, con reconocimiento psicológico de por medio, y le sueltas que eres adicto al chocolate, a Operación Triunfo, a Federico Jiménez “Rebuznos” Losantos, al baloncesto NBA, al mus, a la leche condensada o a las películas de Pajares y Esteso… y su señoría te da una pensión.
Aunque, bien pensado, tal y como las gastan los jueces por aquí no me imagino diciéndole mirusté señoría ej que soy adisto al sexo; y su señoría que te mira y te dice que po fueno, po fale, po m’alegro que no me haga usté perder el tiempo, que no estoy pa tonterías y que si su señora le consiente el vicio allá ella. Si eso mejor le digo que soy adicto a AC/DC, por aquello de que en la Comunidad Europea ya hay un precedente. Como dice mi hermano Harpo… ¡¡arriba esos cuernos!!
Zeppo

1 comentario:

Anónimo dijo...

Si aquí pagaran por entender como adicción la música heavy, yo ya sería millonario a costa de la Administración. Aquí se demuestra que los suecos no son tontos, ya que en cuanto te das la vuelta te han montado un IKEA donde estaba el puesto de castañas. ¡Menudos páharos!